miércoles, 27 de mayo de 2015

Candil antiguo

Restauración de candil


Las piezas que llegan a los talleres tienen historia, no sólo del tiempo que llevan de existir, sino historias familiares. Me llegó una solicitud de cotización de una persona que necesitaba restaurar un candil que le rompieron en una mudanza. Cuando llegué a ver la pieza, mi nueva clienta me contó con ojitos llorosos que esa pieza era muy importante para ella porque había pertenecido a su abuelita y había estado en la familia muchos años y el daño provocado por la empresa de mudanza les había dolido mucho. Ella pensó que no se podía arreglar. Le dije que no se preocupara y me llevé la pieza al taller.
 
El daño provocado incluía:
  • Rotura de bases de luminarias
  • Piezas despostilladas (sobre todo las flores que cuelgan de los brazos y del remate de la pieza principal)
  • Pérdida completa de piezas pequeñas decorativas
Además de una capa gruesa de suciedad acumulada por el tiempo sobre la superficie metálica y algunas intervenciones de sustitución de cadenas que no correspondían con el resto.
 
El candil en si es muy bonito, de estas piezas que a mí me gustaría haber heredado.
 
La intervención
 
 
La restauración empezó con la limpieza en seco de la pieza continuando con la eliminación de la capa de suciedad (respetando la pátina natural) con solvente hasta lograr una lectura homogénea. Después se pegó la base que se recuperó que estaba rota y se reconstruyeron los pétalos de las flores que faltaban con Araldite. Compramos una cadenita similar a la original para retirar y sustituir los alambres que servían como medio para que colgaran las decoraciones y mejorar la apariencia estética. Se reintegraron las zonas despostilladas con gouache y se cubrieron los retoques con barniz Dammar para igualar el brillo del material original.
 
 
Fotografías del deterioro antes de la intervención
 









Procesos de restauración




















 
 
 
Pieza terminada. 
 
 
 
 
 

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