jueves, 14 de junio de 2012

Pintura mural del vestíbulo. La Constancia Mexicana

La pintura mural del vestíbulo.
Tiene varias capas de pintura que cubren la original, producto del mantenimiento del inmueble con los años. La primera capa visible es amarilla y la segunda es azul turquesa, pintura vinílica. La primera es fácilmente removible con agua, sin embargo la segunda está bastante adherida al original.
Hice varias pruebas de limpieza con el objetivo de poder retirar fácilmente las dos capas contemporáneamente apoyándome con la acción mecánica del bisturí.
Acetona y alcohol isopropílico 1:1 funcionó. También xilol y acetona 1:1. Se dio inicio al proceso de decapado que se complementará con una limpieza química de la capa pictórica.
El color, un óleo compacto de mediados del S.XIX. En general su estado de conservación es bueno, con excepción de plafones y dos esquinas en donde hubo filtración de humedad que deterioró muros, aplanados y desprendió la capa pictórica. La pérdida total o parcial de color afecta la lectura integral de la pintur mural.
La pérdida de cohesión de aplanados es un deterioro "normal" dadas las condiciones, pero la pintura parcialmente desprendida ahí representa las siguientes problemáticas:
-No puedo consolidar el muro por la fragilidad del color, por lo cual tengo que consolidar la capa pictórica.
-No puedo consolidar/fijar la capa pictórica sin velar el color (con el fin de proteger cada uno de los pedacitos que corren el riesgo de perderse). Pero estaría velando, luego fijando/consolidando el color sobre un soporte inestable.
Qué hacer primero y qué materiales usaar?
Mi prioridad ahorita es salvar el color. Es un proceso lento y que se tiene que realizar con extremo cuidado. Para las pruebas de velado usé methocell y cola de conejo. El methocell rigidizó el papel japonés y arrancó el color, por lo cual lo descarté. Incluso realicé una segunda pruba con el material más diluído pero no me convenció.
La prueba con cola de conejo 1:13 funcionó muy bien, como con la pintura de caballete. Fue el velado más complicado que he hecho, no sólo porque las áreas a tratar son muy grandes, sino porque las "escamas" o estaban en extremo rígidas y tenía que hidratarlas mientras ponía el papel, dándole tiempo al color de mojarse y así poder bajarlas sin romperlas o estaban prácticamente despegadas y se caían con el contacto con el papel japonés. Por eso fue todavía más lento y cuidadoso el proceso. En algunas zonas usé brocha de pelo de camello para hacer menos fuerza sobre el papel japonés y a su vez sobre el color.
Ya velé las zonas delicadas, excepto plafones.
Afortunadamente (un poco esperaba que fuera así) en algunas zonas, la cola funcionó como consolidante (como funciona en la pintura de caballete, por eso soy muy pro-cola).
Sobre el velado ya seco, empecé a fijar el color. Preparé caseina con amoniaco mezclando hasta lorgrar una especie de mezcla espumosa para que pasara por la jeringa, que en este caso es aguja chica (utilizando una grande se puede romper el color). Inyectando agua/alcohol 1:1 primero y luego el caseinato, ejerciendo presión sobre la zona para lograr una correcta adhesión, se logró el fijado de color.






Seguimos en ese proceso...











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